El diseño gráfico es una parte del diseño que se basa en el principio de “la forma sigue a una función específica”, es decir, que los objetivos giran en torno a la definición y resolución de problemas a través de la creatividad, innovación y el pensamiento lateral junto con diversas herramientas que pueden ser manuales o digitales. Actualmente, también se le conoce como diseño de la comunicación visual.

Esta definición es reciente ya que no existe una fecha exacta del nacimiento del diseño gráfico, aunque se sabe que la evolución de la disciplina como práctica profesional ha estado ligada estrechamente con el desarrollo de la tecnología, las necesidades sociales y a las aplicaciones comerciales que trajo consigo la revolución industrial. 

La profesión se ha expandido enormemente con las miles de posibilidades artísticas y comerciales del diseño entre las que incluyen revistas, libros, carteles, empaques, marcas, películas, fotografías, ilustraciones, etc. Es por eso que fue necesario proteger las obras del plagio con las leyes de propiedad intelectual que más que proteger a las obras protege los derechos morales y económicos de los autores sobre sus creaciones, y regula las condiciones de uso por parte del público.

Hoy en día, gran parte del trabajo de los diseñadores es asistido por ordenadores desde que aparecieron los primeros sistemas de autoedición y fueron sustituyendo poco a poco los procedimientos análogos por sistemas digitales. Las computadoras se han convertido en herramientas imprescindibles que con la aparición del hipertexto, que es una estructura no secuencial que permite agregar y compartir información de distintas fuentes por medio de enlaces en la web, las funciones del diseño son las principales fuentes de comunicación en internet, ya que no solo está limitado a datos textuales, sino también a contenido hipermedial.

La hipermedia es la combinación de hipertexto y multimedia tales como imágenes, videos, audios y otros soportes de información emergentes unidos entre sí igualmente por enlaces y conexiones lógicas, con el fin de transmitir información. Un espacio hipermedia es un ámbito sin dimensiones físicas que estructura las actividades de las personas, y en este sentido, el hipertexto es una de las formas de la hipermedia enfocada en diseñar, escribir y redactar texto en un medio digital. Ejemplos de espacios hipermediales son las redes sociales, plataformas de colaboración en línea, de enseñanza y todas las aplicaciones que utilizamos en nuestro día a día. 

Ante estas nuevas formas de expresión artística y de comunicación que coexisten en la web, y por lo fácil que es el acceso a ellas, apropiarse y sacar provecho del trabajo de otros, se crearon los copyright, copyleft y creative commons, que son subtipos de licencias en internet para defender los derechos de autor. Los copyright se usan para prohibir y restringir los usos de una obra o prestación por parte del autor o titular de los derechos. 

Por otro lado, el copyleft es un tipo de licencia cuyo objetivo es garantizar que cada persona que recibe una copia de una obra pueda a su vez usar, modificar y redistribuir el propio trabajo y las versiones derivadas del mismo. Y los creative commons es un proyecto internacional que tiene como propósito fortalecer a creadores para que sean quienes definan los términos en que sus obras pueden ser usadas y en donde el paradigma de “Todos los derechos reservados” cambia por “Algunos derechos reservados”.

El software con el que realizamos nuestras obras multimedia a su vez es protegido por las mismas leyes de derechos de autor, y estos derechos son utilizados principalmente por los desarrolladores y las compañías propietarias para prevenir copias no autorizadas de sus programas. Aunque en 1983 surgió el movimiento del software libre, luego cambiado por el concepto de open source, el cual introduce la filosofía del código abierto y define los términos de uso, modificación y redistribución del software de manera que cualquiera pueda beneficiarse de él.

Los términos de los programas de software libre deben cumplir los criterios de libre redistribución, incluir el código fuente, debe permitir modificaciones y trabajos derivados, la licencia no puede discriminar en contra de una persona o grupos de personas, debe ser neutral a la tecnología, entre otros. Aunque, las licencias gratuitas y de código abierto también dependen de la ley de derechos de autor para hacer cumplir sus términos.

También existe el contenido libre de derechos de autor, aquel en el que los fotógrafos, diseñadores, ilustradores, ponen a disponibilidad sus creaciones para ser utilizadas por cualquier persona de forma gratuita. Esto mediante una variedad de licencias de copyleft que indiquen tanto los derechos como las responsabilidades de quienes lo utilicen.

Gracias a esto es que conocemos los bancos de imágenes libres de derechos de autor, que usualmente también contienen gráficos, vectores, material de video, plantillas, objetos 3D y colecciones de todo tipo con alta resolución, de dominio público y habilitadas para el uso personal y comercial. 

Aunque las formas de producción y utilización de las creaciones humanas basadas en aspectos tanto artísticos como funcionales han evolucionado y cambiado mucho a través del tiempo, podemos decir que los fundamentos del diseño que utilizamos para comunicar continúan siendo los mismos.

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